domingo, 9 de diciembre de 2012

Tenemos que hablar de Kevin



¿Que es la maldad?

Título original: We Need to Talk About Kevin

Año: 2012

Director: Lynne Ramsay


Guion: Lynne Ramsay y Rory Kinnear.

Actores: Tilda Swinton, John C. Reilly, Ezra Miller.

Porcentaje en Rotten Tomatoes



Soy un terco e insistente fan del minimalismo y la sencillez estética, tanto en el cine como en el resto de las artes.  Y es que (en el caso del séptimo arte) es esta la que le da vida, color y forma propia a  historias que, al no centrarse en ambientación épicas y en una producción recargada de costosas superficialidades, logra hacer partícipe al espectador de algo absolutamente personal e intimo superando en gran medida cualquier otro intento de transmitir algo.

Pues, fue la sencillez y el minimalismo los que me influyeron a  escribir sobre Tenemos que hablar de Kevin,  película británico-americana adaptada del libro con su mismo nombre de la escritora estadounidense Lionel Shrivel. Filme que requiere (y merece) un profundo análisis que lo podríamos empezar con una sinopsis precisa:
Eva y su esposo, Franklin (John C. Reilly), tienen un hijo al que llaman Kevin (Ezra Miller).  Kevin crece y, días antes de cumplir los 16 años, hace una matanza en su colegio. Eva, intenta superar lo acontecido completamente sola y con su hijo en la cárcel.

La película en sí, es una cadena de flashbacks desde (y solo desde) el punto de vista Ana (Tilda Swinton) una infeliz  madre que trata de rehacer su vida. Poco a poco nos vamos dando cuenta mediante desordenadas escenas en retrospectiva como Ana  nunca tuvo contacto con Kevin desde que el era un bebe. Él  siempre se resistía a todos sus mandatos y no mostraba interés en nada, mientras que su hermana menor era vivaz y alegre. Finalmente Kevin muestra interés en algo cuando Franklin su padre, le regala a un arco y una flecha y le enseña tiro con arco; Kevin resulta tener talento para el tiro y pasa gran parte de su tiempo libre en esta actividad. De aquí en adelante Ana empieza a darse cuenta de extraños sucesos como el accidente de su pequeña hija quien perdió la vista en un ojo  y el asesinato de su mascota , que no le llevan a otra persona más que a su hijo. 


Confusa, Ana trata de hablar con su esposo del macabro comportamiento de Kevin quien lo defiende y cree que solo fueron accidentes aunque ella descubriera el oscuro placer de su hijo por hacer daño. Todos estos recuerdos culminan con una unión del rompecabezas que concluye en el horrible acto final hecho por nada más y nada menos que por Kevin, que parte la historia (y la vida de Ana) en un antes y un después.

 
Gracias a su narrativa, su guion y por supuesto su personal toque de sencillez, Tenemos que hablar de Kevin alcanza un grado de drama y misterio que cautiva al espectador, y hasta en algún momento de la cinta, esta logra llegar a un grado de horror tan real, macabro y familiar que supera a cualquier otro intento de asustar. Las actuación de Tilda es impecable mientras que la revelación de Ezar Miller (como Kevin) puede llegar al nivel de los grandes psicópatas del cine.
 
Al final, la pregunta que plantea el film sin duda es…¿Cuándo, cómo y por qué se origina el mal? O más difícil todavía ¿Qué es el mal? Como siempre, en vez de aclararnos, quedamos con esa gran duda de la que quizás nunca tendremos respuesta pero (satisfactoriamente) nos dan una persepcion de la maldad con maestría y finísimo minimalismo.

Cita:Eva: no te ves feliz

        Kevin: ¿lo he estado?


Cita:Eva: ¿por que?
        Kevin: solia pensar que sabia. Ahora no estoy seguro.

Andy.

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